Autor: Clemente y Julieta
Género: Aventura - Literatura juvenil
Año de publicación: 2025
Editorial: PaginandoAndo
ISBN:
El libro narra el viaje de Clemente, un niño curioso que se adentra en un mundo mágico: el Bosque de Papel, un territorio donde las palabras, los libros y las historias cobran vida. Allí conoce a Signú, una criatura formada por letras, que se convierte en su guía y protector.
A lo largo de la travesía, Clemente se enfrenta a desafíos en territorios como el Librolauquén (río de memorias vivientes), el Territorio de las Matemáticas Prohibidas, el valle de los Librosaurios y el pantano de las malas palabras. Cada lugar esconde pruebas y criaturas singulares, desde el Guardián del Lomo Dorado, los enigmáticos Amies, hasta seres luminosos y peligrosos como el Librorrex.
En su recorrido, Clemente no está solo: la misteriosa Julieta y el sabio Mario lo acompañan, revelando que cada encuentro es una lección sobre el valor de las palabras, la imaginación y la unión. El libro explora cómo las historias pueden ser armas, llaves y puentes hacia lo desconocido.
Clemente era un niño curioso, de esos que no se conforman con lo evidente. Una noche, siguiendo un presentimiento, se adentró en un lugar que parecía existir solo en los sueños: el Bosque de Papel. Allí, los árboles estaban hechos de páginas y cada hoja crujía con palabras escritas que cambiaban según el viento. Muy pronto descubrió que aquel mundo estaba vivo, y que no bastaba con mirar: había que leerlo, sentirlo y atreverse a recorrerlo.
En medio de ese escenario conoció a Signú, una criatura nacida de letras que se reacomodaban para formar palabras. Signú no solo lo guió, sino que le mostró que las palabras podían ser magia, escudos y llaves. Con él, Clemente aprendió que cada frase tenía un precio, y que el lenguaje era un poder tan frágil como imponente.
La primera gran prueba llegó con el Guardián del Lomo Dorado, un libro gigantesco con tapas brillantes que custodiaba secretos del bosque. Aunque su voz resonaba como mil páginas tronando, fue la valentía de Clemente y la astucia de Signú lo que les permitió continuar. Desde entonces, el niño entendió que no estaba en un simple bosque: se encontraba en una tierra donde la imaginación y el conocimiento eran fuerzas vivas.
El viaje lo llevó hasta el Librolauquén, un río cristalino cuyas aguas guardaban memorias y fragmentos de historias que danzaban como peces luminosos. Allí Clemente sintió por primera vez la cercanía de una presencia misteriosa, una risa que lo acompañaba en silencio, preludio de lo que sería su encuentro con Julieta, una enigmática figura que parecía conocerlo desde siempre.
Más adelante, atravesó el Territorio de las Matemáticas Prohibidas, un lugar de fórmulas infinitas y monjes bordados en símbolos, donde descubrió que los números también contaban historias, algunas tan peligrosas que podían encerrar destinos enteros. Con cada paso, Clemente aprendía que el bosque no era un lugar de simples pruebas, sino un espejo de su propio interior.
El valle oculto lo enfrentó a los Librosaurios, criaturas majestuosas hechas de tapas y páginas. Algunos eran pacíficos, como estegosaurios de tinta, pero otros eran temibles, entre ellos el imponente Librorrex, guardián de secretos prohibidos. Frente a él, Clemente comprendió que el miedo no siempre debe combatirse, sino también entenderse. Fue Julieta quien, apareciendo en el momento preciso, le mostró que no estaba solo en esa lucha.
Junto a Julieta y al anciano Mario, un sabio Amie, el niño avanzó por laberintos de papel, pantanos de malas palabras y territorios donde los insultos podían herir como cuchillas. Allí Clemente construyó alas con ramas y fibras, logrando que el grupo volara por encima del pantano, demostrando que la creatividad es un arma contra la adversidad.
El bosque también los puso a prueba con criaturas como los aracuentos, arañas que tejían palabras en el aire, y los curcurios, insectos de caparazón brillante. Fue Mario quien, recordando los cantos de su infancia, logró comunicarse con ellos a través del ritmo, enseñando que la unión y el respeto pueden abrir caminos donde parecía no haber salida.
En cada territorio, Clemente crecía. No solo como explorador, sino como alguien que entendía el peso y el valor de lo que se dice y lo que se calla. Signú, Julieta y Mario se convirtieron en más que compañeros: fueron espejos de lo que significaba confiar, aprender y avanzar incluso en la incertidumbre.
La aventura los condujo, finalmente, hacia el enigmático Rectángulo, la meta oculta de todo el viaje. Allí comprendieron que no era un simple objeto, sino el símbolo del conocimiento, que usado de buena manera podia ser de mucha utilidad, pero si por algun motivo no posees el autcontol necesario, podria sumergirte en un mundo en el cual sera muy dificil de salir.
Clemente entendió que el Bosque de Papel no solo era un lugar mágico: era la representación de lo que ocurre cuando uno se atreve a leer la vida como si cada página escondiera un universo. La imaginación no era solo un juego, sino un poder capaz de transformar lo imposible en posible.
Así, el niño que entró con dudas y asombro salió convertido en un viajero del lenguaje, acompañado de amigos inolvidables y con la certeza de que cada palabra que pronunciamos es una chispa capaz de encender mundos enteros.
Clemente: Protagonista, un niño valiente y curioso, explorador del Bosque de Papel.
Signú: Criatura mágica hecha de letras que guía y protege a Clemente.
Julieta: Figura enigmática que acompaña a Clemente en silencio, cargada de misterio y complicidad.
Mario: Anciano Amie, sabio y con conocimiento ancestral de los lenguajes ocultos del bosque.
Guardián del Lomo Dorado: Un enorme libro viviente que vigila los secretos del bosque.
Librorrex: Criatura imponente hecha de páginas y tapas encuadernadas, guardián de narraciones prohibidas.
Amies, aracuentos, curcurios y marilibros: Criaturas fantásticas que simbolizan diferentes aspectos del poder de las palabras.
El RECTANGULO
El relato transcurre en el Bosque de Papel, un universo fantástico compuesto por territorios mágicos:
Librolauquén: río de letras y memorias.
Territorio de las Matemáticas Prohibidas: espacio enigmático de fórmulas vivientes.
Valle de los Librosaurios: criaturas de papel que encarnan relatos antiguos.
Pantano de las malas palabras: lugar cargado de energía destructiva del lenguaje.
El Rectángulo: meta misteriosa, clave de la travesía.
La obra es una metáfora sobre el poder de las palabras y la imaginación. Cada criatura y territorio representa aspectos positivos y negativos del lenguaje: la creación, la memoria, el perdón, pero también el odio y la destrucción.
Clemente simboliza la curiosidad infantil y la valentía para enfrentarse a lo desconocido. Signú encarna la fuerza mágica de la escritura, y Julieta el enigma de lo no dicho.
El viaje por el Bosque de Papel es, en esencia, un camino de aprendizaje: confiar en la palabra, enfrentar los miedos internos y comprender que las historias son parte esencial de lo humano.